- Impresiones de la Villa y puerto de Santa Cruz por viajeros del siglo XVIII
Durante el siglo XVIII y más concretamente durante el último tercio del mismo, el puerto y plaza de Santa Cruz de Tenerife fue el de mayor tráfico marítimo de las islas Canarias. Las armadas europeas tanto comerciales como científicas( y por supuesto las de guerra, aunque frecuentemente era difícil distinguir las unas de las otras), hacían escala en nuestra isla para preparar los navíos, arrancharlos, y dar un descanso a las tripulaciones antes del gran salto hacía el Océano Atlántico. Algunos de los viajeros de estas armadas dejaron escrito sus impresiones de la Villa y puerto de Santa Cruz, a continuación expondremos de manera resumida algunos de ellos.

El astrónomo y naturalista Francés, Louis Feuillée en su obra, “Viaje a las islas Canarias”, - el cual tuvo lugar en 1724 (anteriormente en 1708 había realizado una escala en Tenerife) nos dejó el siguiente relato sobre el lugar Plaza y Puerto de Santa Cruz de Tenerife:
“Santa Cruz es una pequeña ciudad en la isla de Tenerife, construida al borde del mar en el este de la Isla, muy expuesta a los vientos que soplan de ese lado. Estos vientos hacen que la maniobra de acceso a tierra sea muy difícil y peligrosa. Las grandes olas que llegan del inmenso océano rompen contra las costas con una violencia impresionante y un ruido espantoso, obligan a los navíos a atracar de costado, ya que si por desgracia el viento impulsa hacía atrás un barco fondeado, éste podía estrellarse contra la costa y romperse. La línea de costa es siempre muy elevada, sólo hay una pequeña ensenada arenosa al este de la ciudad, en donde se puede descender a tierra cuando el mar está en calma, es decir, por la mañana y por la tarde.”

Esta pequeña ciudad tiene alrededor de trescientas casas. La parroquia es muy bonita, hay dos conventos, uno de los franciscanos, muy apreciado por su regularidad y el otro de los dominicos Los calores son excesivos en ella en todas las estaciones del año.
La ciudad y la rada están defendidas por tres fuertes, una plataforma y varias fortificaciones a lo largo de la costa. La ciudad está obligada a mantener los fuertes de San Juan y San Cristóbal y a pagar sus guarniciones(2). Tiene el privilegio de nombrar cada año a los comandantes, que el Capitán General de las Islas aprueba tras la propuesta; éste nombra al comandante del tercer fuerte llamado del Santo Cristo del Paso y de las fortificaciones, para las que el Rey da el dinero para los gastos de la guarnición y el mantenimiento”.
En las Constituciones, y nuevas adiciones Sinodales del Obispado de las Canarias, constituciones que tuvieron lugar en el año de 1733, el Obispo D. Pedro Manuel Dávila y Cárdenas, imprimió – entre otras – sus impresiones del puerto de Santa Cruz en los siguientes términos:
“Tiene este Lugar un Beneficio, provision de su Magestad, Iglesia muy buena, y decente, quatro Hermitas, que son la de nuestra Señora de Regla, San Andrés en el Valle de Salazar, San Telmo, y la San Sastian. Compónese de 1367 casas, en que viven al presente 6568. Personas. Este puerto es donde concurre oy el Comercio de las Islas. Tiene dos Conventos, con bastante comunidad, uno de Santo Domingo, y otro de San Francisco. Esta este Puerto muy fortificado, y prevenido con tres Castillos, coronados de piezas, como las fortificaciones de la playa. Creo sera necessario poner en este Lugar Ayuda de Parroquia, por lo mucho que se ha aumentado, y se vá aumentando, y de dichas casas están en el camino de Regla 15, camino de la Laguna 5; en donde llaman los Campos 4; en el Bufadero 12; en el Valle de San Andrés 75; en el de Iguete 25; y los demás arruado”.
Un buen marino y excelente conocedor de Canarias, el inglés George Glas autor de la “Descripción de las islas Canarias. (1764)”, libro que le costó el ser encarcelado por orden del Comandante General de Canarias, ante la posibilidad de que iniciara una empresa de pesquería en el banco canario-sahariano, nos narra con la visión propia de un marino experimentado, sus impresiones sobre el desembarcadero de Santa Cruz:
“...A corta distancia de la punta nordeste de la isla, llamada Punta de Anaga, hay algunas altas rocas perpendiculares; a cinco o seis leguas, de allí, en el lado sudeste de la isla. Está la bahía o puerto de Santa Cruz, el más frecuentado de todas las Islas Canarias; la mejor ruta para navegar hasta aquí se encuentra entre la mitad de la ciudad y una especie de castillo, aproximadamente a una milla hacía el norte de aquella.

En todo este espacio, los barcos anclan a una distancia de un cable de la playa, a seis, siete u ocho brazas de profundidad, o a media milla, con veinticinco o treinta brazas.” ...hace unos años, casi todos los barcos que navegaban por esta ruta fueron lanzados hacía la costa por uno de estos temporales: algunos barcos ingleses se encontraban en aquel momento en la bahía, pero sus tripulaciones cortaron prudentemente las amarras, y así salieron del temporal con seguridad. En aquella ocasión, algunos marineros españoles declararon allí públicamente que habían visto al diablo en lo más alto de la tormenta muy atareado en ayudar a los heréticos”.