Algo muy extraño en la historia del rock, es que sus pioneros parecían tener una maldición encima y los accidentes terminaron con sus días....Así, por ejemplo: Ritchie Valens, falleció en un accidente aéreo en Iowa junto a J.P. The Big Bopper Richardson y Buddy Holly. Un avión monomotor se estrelló en un campo de Iowa cubierto de nieve, muriendo instantáneamente tres hombres cuyos nombres quedarían consagrados en la historia del rock `n` roll.....Otro caso es el de Carl Perkins, con su canción Blue suede shoes (Zapatos de gamuza azul).
Con Sam Phillips como productor, el disco sería un éxito clamoroso. En los Estados Unidos, alcanzó el número 1 en la Billboard magazine.La mala fortuna hizo que, con la canción en la cima del éxito a nivel nacional, Perkins tuviera un grave accidente de coche.
Ocurrió el 21 de marzo de 1956 cuando viajaba junto a su grupo a participar en un programa de televisión de Ed Sullivan que servía de trampolín a muchos artistas. En el accidente, ocurrido en Wilmington, fallecieron su hermano Jay y su manager. Perkins sufrió una fractura de cráneo que lo mantuvo fuera de la música todo un año. Durante su convalecencia, Perkins sólo pudo ver como su amigo, Elvis Presley, obtenía un enorme éxito cantando su misma canción....
Gene Vicent, otro pionero del rock sería ingresado en el hospital Inter-Valley de New Hall (California), aquejado de una úlcera sangrante de estómago. Moriría el 12 de octubre de 1971 a la edad de treinta y seis años....otro más fué Eddie Cochran, quién con la desaparición en febrero de 1959, en accidente aéreo, de Ritchie Valens, The Big Bopper y Buddy Holly, de quien era amigo personal, le sumió en una profunda depresión que le acompañó hasta su propia muerte. Eddie registró una sentida versión del tema "Three stars" en honor de sus camaradas muertos.
El 16 de abril de 1960, Eddie Cochran sufrió un accidente de tráfico en Chippenham, al estrellarse su coche contra una farola. Murió en el hospital St. Martin's en Bath a las 4:10 PM del domingo 17 de abril de 1960....
Otra historia rodeada de targedias es la de Jerry Lee Lewis. Rodeado por problemas de drogas y alcohol, la tragedia golpeó su vida cuando su hijo de 19 años, Jerry Lee Lewis Jr., murió en un accidente de tránsito en 1973. El comportamiento errático de Lewis durante la última parte de la década de los años 1970 le condujo a una larga hospitalización, y en realidad estuvo cerca de morir debido a una úlcera sangrante. Poco después de esto, su cuarta mujer se ahogó en una piscina en sospechosas circunstancias; y poco más de un año después, su quinta mujer fue encontrada muerta en su casa de una sobredosis de metadona.
Jerry Lee Lewis, también adicto a las drogas, decidió internarse de propia voluntad en la clínica de desintoxicación Betty Ford. Mientras celebraba su 41º cumpleaños en 1976, Lewis empezó a jugar con una Magnum del calibre 357. Más tarde se intentaría disculpar diciendo que pensaba que estaba descargada. Lo cierto es que, apuntando al bajista de su grupo, Butch Owens, apretó el gatillo. La pistola estaba cargada y Lewis disparó a Owens en el pecho. Owens sobrevivió, milagrosamente.
En 1989, una película basada en los primeros años de su carrera titulada Great Balls of Fire! (traducida al español como Gran bola de fuego o Bolas de fuego) atrajo sobre él la mirada del público...
Así de extraña fué la vida de los pioneros del rock, de quienes se afirma estaban marcados por una maldición.